Con frecuencia me introduzco al mundo literario y al conocimiento de los personajes históricos por coincidencias histriónica, de las cuales mencionaré ésta, el encuentro a fondo con Julio Cortázar y mi renovado respeto hacia su persona.
Estaba mirando, en la televisión, el programa TVR que se transmite todos los sábados a la noche como muchos conocen, y otros no. Se mostraba en bandeja hacia los teleespectadores todo un abanico de entrevistas en las cuales el entrevistador no conocía ni una minúscula partecita de la vida o de la trayectoria del entrevistado. La verdad es que me fue muy gracioso y a la vez me invadió una verdadera tristeza por el estado tan degradado de la televisión argentina. No por la televisión en sí, sino por los espectadores de esa televisión, que están tan acostumbrados a ver lo que los dueños de los medios quieren (nos quieren entretener hasta morir).
Colocaron, en el medio del abanico de estas pésimas entrevistas, una en la que aparecía Julio Cortázar siendo entrevistado por Joaquín Soler Serrano, en la cual Julio alababa y felicitaba a Joaquín por lo bien informado que se encontraba con respecto a la biografía del entrevistado (o sea, del mismo Cortázar). Me pareció muy valioso poder acercar y traer a este blog, esa extensa entrevista que, después de terminado el programa en la TV, la busqué en internet y me dispuse a presenciarla. Es una gran entrevista a un gran hombre, que me renueva la llama de retomar a Cortázar, de reencontrarlo, de entregarme por momentos a su literatura en estos tiempos que corren tan turbulentos.
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