En una época no muy lejana (no soy tan viejo como para que algunas cosas me parezcan lejanas) la frase “Noches de Bohemia” simbolizaba mi estado con la vida, la manera de afrontarla. La Noche era el refugio, era mi refugio y el de tantos otros que, como yo, la noche, la oscura noche, la solitaria noche, era el mejor reflejo del alma. Fueron, quizás, momentos negros donde no se distinguía bien el sinuoso camino por recorrer; camino aquel que todavía no sé si es el correcto, pero al fin, es un camino.

Bohemia es una palabra que tiene muchísimos significados de los cuales me identifico con poquísimos. Bohemia es más que nada la sustancia; toda noche consiste en algo.

Como un mal hábito, como esos vicios de temprana edad, de esos que son difíciles de deshacerse, vengo arrastrando, en pesada carga, esta frase “Noches de Bohemia” como un distintivo que me pertenece, que me es propio, pero a la vez, remoto, incierto y miserable.

domingo, 8 de agosto de 2010

Una buena entrevista

Entrevista a Julio Cortázar en el programa A Fondo de TVE de 1977


Los pocos cuentos que he leído de Julio Cortázar, tengo que reconocer, no me han llegado a penetrar la dura carcaza de prejuicios y mediocridad que cargo; al contrario de tantos otros cuentos que no puedo olvidar y que los llevo impregnados como el sudor en el verano. Una breve excepción ha sido el cuento Casa Tomada, que llegué a él (al relato), a partir de las interpretaciones políticas que conlleva el tratamiento del título Casa Tomada y su contexto peronista.
Con frecuencia me introduzco al mundo literario y al conocimiento de los personajes históricos por coincidencias histriónica, de las cuales mencionaré ésta, el encuentro a fondo con Julio Cortázar y mi renovado respeto hacia su persona.
Estaba mirando, en la televisión, el programa TVR que se transmite todos los sábados a la noche como muchos conocen, y otros no. Se mostraba en bandeja hacia los teleespectadores todo un abanico de entrevistas en las cuales el entrevistador no conocía ni una minúscula partecita de la vida o de la trayectoria del entrevistado. La verdad es que me fue muy gracioso y a la vez me invadió una verdadera tristeza por el estado tan degradado de la televisión argentina. No por la televisión en sí, sino por los espectadores de esa televisión, que están tan acostumbrados a ver lo que los dueños de los medios quieren (nos quieren entretener hasta morir).
Colocaron, en el medio del abanico de estas pésimas entrevistas, una en la que aparecía Julio Cortázar siendo entrevistado por Joaquín Soler Serrano, en la cual Julio alababa y felicitaba a Joaquín por lo bien informado que se encontraba con respecto a la biografía del entrevistado (o sea, del mismo Cortázar). Me pareció muy valioso poder acercar y traer a este blog, esa extensa entrevista que, después de terminado el programa en la TV, la busqué en internet y me dispuse a presenciarla. Es una gran entrevista a un gran hombre, que me renueva la llama de retomar a Cortázar, de reencontrarlo, de entregarme por momentos a su literatura en estos tiempos que corren tan turbulentos.

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