En una época no muy lejana (no soy tan viejo como para que algunas cosas me parezcan lejanas) la frase “Noches de Bohemia” simbolizaba mi estado con la vida, la manera de afrontarla. La Noche era el refugio, era mi refugio y el de tantos otros que, como yo, la noche, la oscura noche, la solitaria noche, era el mejor reflejo del alma. Fueron, quizás, momentos negros donde no se distinguía bien el sinuoso camino por recorrer; camino aquel que todavía no sé si es el correcto, pero al fin, es un camino.

Bohemia es una palabra que tiene muchísimos significados de los cuales me identifico con poquísimos. Bohemia es más que nada la sustancia; toda noche consiste en algo.

Como un mal hábito, como esos vicios de temprana edad, de esos que son difíciles de deshacerse, vengo arrastrando, en pesada carga, esta frase “Noches de Bohemia” como un distintivo que me pertenece, que me es propio, pero a la vez, remoto, incierto y miserable.

domingo, 28 de junio de 2009

Rascuños


Por esos días me encontraba leyendo el Simarillón (que és como la biblia del señor de los anillos, un libro cargado de mitología a la tolkien, una fusión entre la griega y la escandinava, que da origen a todo la tierra media del señor de los anillos), un libro de apetecible lectura, escrito de una forma realmente hermosa. En este dibujo, me imaginé a Ulmo , el Dios del Mar, de las profundidades del océano.

Album: Recorridos
















Hacía calor... y la invasión primaveral de insectos era un hecho. De todos los colores y formas aparecen para devorar un pueblo que les pertenece. Son la mayoría y por unos cuantos meses estamos a su merced como hojas muertas. En esta foto, uno reposa imponente sobre una de las paredes de casa. Su nombre... sólo la pachamama lo sabe.

¿Qué és lo que hace fotografiar una flor? ¿Un recuerdo, o simplemente la misma primavera?

Siguiendo un camino de lajas bordeado de viejos jacarandaes se llega a pie, cruzando la escuela rural Alberdi, a este pequeño observatorio perdido en lo más profundo del vasto verde. Verde que es oro, un oro verde, porque aquí, en estas tierras, los mares son de soja, soja que es oro verde.He tenido la oportunidad de conocerlo por dentro. Una noche estrellada vi por primera vez (y única hasta el momento) los lejanos planetas. Por años he forjado una imagen sobre los planetas (a través de las fotos plasmadas de color y matices) que fue brutalmente derrumbada por el reflejo insulso y sin vida de un minúsculo punto blanco que hacían llamar Marte.


Parecía el fin del mundo, Dios enfurecido, y yo, una pequeña oveja descarriada, esperando con ansia el juicio final.
Foto tomada una mañana de Enero... una tormenta en puerta, asomaba amenazante en una pequeña localidad inocente de todo.

YO OFREZCO DESNUDAS, VIRGENES,
INTACTAS Y SENCILLAS, PARA MISDELICIAS Y
EL PLACER DE MIS AMIGOS, ESTAS NOCHES
ÁRABES VIVIDAS, SOÑADAS Y TRADUCIDAS
SOBRE SU TIERRA NATAL Y SOBRE EL AGUA.
Ellas me fueron dulces durante los ocios en
remotos mares, bajo un cielo ahora lejano.
Por eso las doy.