En una época no muy lejana (no soy tan viejo como para que algunas cosas me parezcan lejanas) la frase “Noches de Bohemia” simbolizaba mi estado con la vida, la manera de afrontarla. La Noche era el refugio, era mi refugio y el de tantos otros que, como yo, la noche, la oscura noche, la solitaria noche, era el mejor reflejo del alma. Fueron, quizás, momentos negros donde no se distinguía bien el sinuoso camino por recorrer; camino aquel que todavía no sé si es el correcto, pero al fin, es un camino.

Bohemia es una palabra que tiene muchísimos significados de los cuales me identifico con poquísimos. Bohemia es más que nada la sustancia; toda noche consiste en algo.

Como un mal hábito, como esos vicios de temprana edad, de esos que son difíciles de deshacerse, vengo arrastrando, en pesada carga, esta frase “Noches de Bohemia” como un distintivo que me pertenece, que me es propio, pero a la vez, remoto, incierto y miserable.

domingo, 28 de junio de 2009


YO OFREZCO DESNUDAS, VIRGENES,
INTACTAS Y SENCILLAS, PARA MISDELICIAS Y
EL PLACER DE MIS AMIGOS, ESTAS NOCHES
ÁRABES VIVIDAS, SOÑADAS Y TRADUCIDAS
SOBRE SU TIERRA NATAL Y SOBRE EL AGUA.
Ellas me fueron dulces durante los ocios en
remotos mares, bajo un cielo ahora lejano.
Por eso las doy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario