En una época no muy lejana (no soy tan viejo como para que algunas cosas me parezcan lejanas) la frase “Noches de Bohemia” simbolizaba mi estado con la vida, la manera de afrontarla. La Noche era el refugio, era mi refugio y el de tantos otros que, como yo, la noche, la oscura noche, la solitaria noche, era el mejor reflejo del alma. Fueron, quizás, momentos negros donde no se distinguía bien el sinuoso camino por recorrer; camino aquel que todavía no sé si es el correcto, pero al fin, es un camino.

Bohemia es una palabra que tiene muchísimos significados de los cuales me identifico con poquísimos. Bohemia es más que nada la sustancia; toda noche consiste en algo.

Como un mal hábito, como esos vicios de temprana edad, de esos que son difíciles de deshacerse, vengo arrastrando, en pesada carga, esta frase “Noches de Bohemia” como un distintivo que me pertenece, que me es propio, pero a la vez, remoto, incierto y miserable.

martes, 7 de diciembre de 2010

Tu pasado te condena

El maíz, planta sagrada de los mayas, fue bautizado con diversos nombres en Europa. Los nombres inventaban geografías: lo llamaron grano turco, grano árabe, grano de Egipto o grano de la India. Estos errores no contribuyeron para nada a salvarlo de la desconfianza ni del desprecio. Cuando se supo de dónde venía, no fue bienvenido. Lo destinaron a los cerdos. El maíz rendía más que el trigo y crecía más rápido, aguantaba la sequía y daba buen alimento; pero no era digno de las bocas cristianas.
La papa también fue fruto prohibido en Europa. La condenaba, como al maíz, su origen americano. Para peor, la papa era una raíz criada al fondo de la tierra, donde el infierno tiene sus cuevas. Los médicos sabían que producía lepra y sífilis. En Irlanda, si una mujer embarazada la comía en la noche, en la mañana paría un monstruo. Hasta fines del siglo dieciocho, la papa estaba destinada a los presos, a los locos y a los moribundos. Después, esta raíz maldita salvó del hambre a los europeos. Pero ni así la gente dejó de preguntarse:
—Si la papa y el maíz no son cosa del Diablo, ¿por qué la Biblia no los menciona?

Eduardo Galeano- Espejos

domingo, 21 de noviembre de 2010

Sobre el día de la Soberanía

Con la historia está sucediendo algo muy parecido a lo que se viene discutiendo en nuestro país con el periodismo. El historiador Luis Alberto Romero ha dicho que este “revival” de la Vuelta de Obligado abreva en un nacionalismo patológico que hace emerger al enano nacionalista que la sociedad argentina tiene muy arraigado. Por ello recuerda que para los historiadores profesionales la nacionalidad es una construcción social y no una esencia.

Eric Hobsbawm observó que la idea de nación reconoce tres etapas conceptuales muy diferentes: la primera ligada a la Revolución Francesa homologa nación con pueblo y tiene un carácter profundamente inclusivo. Todo el pueblo es la nación, el enemigo era la aristocracia. La segunda concepción es la que asociamos con las corrientes de derecha. El nacionalismo en este caso es excluyente. Enfrenta a las naciones, habla de superiores e inferiores, se desliza con facilidad al fascismo. El tercer nacionalismo posible es el que enfrenta a las naciones sometidas con sus metrópolis, es lo que se ha dado en llamar antiimperialismo y resalta los valores nacionales y la soberanía como impulso a la libertad a la autodeterminación de los pueblos. Por eso reivindicar en la historia aquellos momentos en los que se enfrentó a los imperios no es despertar al enano nacionalista sino muy por el contrario recordar que si bien es cierto que la nación no es una esencia, sino que es algo que se construye, está muy claro que esa construcción está jalonada de atrevimientos como el del 1845 y de derrotas que se convierten en victorias. En los días que corren es bueno tenerlo presente.

*Por Sergio Wischñevsky Historiador, UBA.

sábado, 13 de noviembre de 2010

...lo que existe es el terror

Hay una anécdota muy bonita de Julio Cortazar, que retrata muy bien el tema del terror entre las personas. Cuando Cortazar era joven, junto con un grupo de amigos decidieron hacer un experimento. Viajaron al interior y en la noche, en una fogata, junto con un grupo de gauchos, estos jóvenes comenzaron a contar historias. Los amigos contaron historias de la marginación del proletariado, historias de personas como ellos, como los gauchos, de la lucha de clases y todas esas cosas del comunismo. Los paisanos escucharon muy atentos. Cuando le tocó el momento a Cortazar conto este cuento, que se llama “La pata de mono”:

En Inglaterra, un niño que trabajaba día y noche en una fábrica, en una de esas fábricas de la revolución industrial, junto con la explotación y todas esas cosas del capitalismo primitivo. El chico llega a su casa y le dice al padre que había conseguido la pata de mono, que le dice que es mágica, que solo hay que perdile el deseo y la pata lo cumple. Cuando el chico va a trabajar, los padres le piden un deseo a la pata de mono, le piden 1000 libras, ¿no? Apenas terminan de pedir el deseo, golpean la puerta. El padre la abre, y aperece un tipo de la fábrica que le dice que su hijo había muerto en un accidente con unas máquinas, que la empresa le iba a abonar 1000 libras por lo sucedido. El padre, muy triste, le pide a la pata de mono para que regrese a su hijo, y después de pedir el deseo golpean la puerta, y el padre se da cuenta, que si abre la puerta seguro se encontrará con su hijo de regreso, pero todo destrozado, entonces antes de abrir, le pide a la pata de mono que no regrese, que su hijo no regrese. Cuando abre la puerta, del otro lado, no había nada. Ese era el cuento.

Después de este cuento, los paisanos se pasaron toda la noche contando historias de fantasmas, espiritus, y todo aquello.

Julio Cortazar se dio cuenta que entre las personas lo que existe es el terror.

Escrito por J.P.Feinmann

Estoy leyendo...



¿Es la tendencia del neoliberalismo capitalista, en el que todo es mercancía, en donde lo importante es la colonización del sujeto, que en los tiempos que corren tan velozmente se prefiera decir, por ejemplo, "afrodescendiente" a decir "negro", a "trabajadora del sexo" a decir "prostituta", "barrios marginados" a "villa", "persona de bajo recurso" a "pobre",etc?¿Por qué esa suavización del lenguaje cuando estamos viviendo en una sociedad donde cada vez se marginaliza más, se desprecia al otro, se discrimina más, se excluye más?¿Por qué no decimos las cosas por su nombre?¿Por qué nos da tanto pudor nombrarlas? Se llame como se llame, la situación padecida es la misma. El dolor es el mismo. El grado de miseria es el mismo. No existen términos elegantes o políticamente correctos para alguien que tiene que comercializar con su cuerpo, pero aún así... ¿Por qué nos acostumbran a nombrarlo distinto?¿Qué problema conlleva para el poder que nos coloniza las mentes que nosotros llamemos a las cosas más directamente? Siempre hay algo detrás. Dijo Sartre: No nos convertiremos en lo que somos sino mediante la negación íntima y radical de lo que han hecho de nosotros.

domingo, 7 de noviembre de 2010

Epicuro


En su jardín de Atenas, Epicuro hablaba contra los miedos. Contra el miedo a los dioses, a la muerte, al dolor y al fracaso. Es pura vanidad, decía, creer que los dioses se ocupan de nosotros. Desde su inmortalidad, desde su perfección, ellos no nos otorgan premios ni castigos. Los dioses no son temibles porque nosotros, efímeros, mal hechos, no merecemos nada más que su indiferencia. Tampoco la muerte es temible, decía. Mientras nosotros somos, ella no es; y cuando ella es, nosotros dejamos de ser. ¿Miedo al dolor? Es el miedo al dolor el que más duele, pero nada hay más placentero que el placer cuando el dolor se va. ¿Y el miedo al fracaso? ¿Qué fracaso? Nada es suficiente para quien lo suficiente es poco, pero ¿qué gloria podría compararse al goce de charlar con los amigos en una tarde de sol? ¿Qué poder puede tanto como la necesidad que nos empuja a amar, a comer, a beber? Hagamos dichosa, proponía Epicuro, la inevitable mortalidad de la vida.

Espejos - Eduardo Galeano


sábado, 16 de octubre de 2010

Escrito en Octubre 2006

El tema radica cuando la mente vuela sin sentido, sin punto de origen ni punto de llegada. Donde más lejos llegue, mientras más pueda huir de ese maloliente e impuro mundo, más tranquila se encontrará y podrá pensar en paz. No hablo de esa paz después de las guerras, sino de aquel silencio después del gran bullicio. Así podré volar, volar y volar. Pero de pronto la mente se vuelve repetitiva, cíclica, casi sin un sentido aparente. Gira en torno de sí como una rueda descontrolada. Y no se puede pensar en nada, simplemente en que todo se repite... todo retorna como dice Nietzsche. Me pongo impaciente, sin una causa en que sustentarme .Todo me irrita, ya no me importa nada. Comienzo a sentir como la saliva inunda, poco a poco, mi boca, como en aquellos bocados del más puro néctar. Y esa punzada me sigue acosando sin sentido, cada vez más profundo, cada vez más dolor. La vela sigue consumiéndose, bajo ese aroma de incienso.

Me vierto en la calle, allí donde radica el silencio, y pienso. Segundo a segundo la calle bulle con todo su esplendor y ese tumultuoso llanto se asota contra mi. Busco mi camino, y parto sin pensar en nada más. Sé que es tarde, que pronto tendré que encontrarme con mi destino, el completo aislamiento en estas tierras, sin ninguna salida, solo recovecos, sin sentido. El frío comienza a azotar en esta noche de verano. La tormenta se aproxima en el horizonte sin permiso, con esa grandeza de las tormentas eléctricas de verano.

Me cuesta tanto terminar esta hoja, se me hace infinito el camino hasta el final de esta página, y lo pienso buscándole una razón de ser pero solo encuentro engaños y sospechas. Nada me sirve para volcar en este maldito papel. Mi mente está tan cerrada, que nunca llegaré por este medio a encontrar la clave maestra.

Quizás, mi querido lector, los puntos aparte me ayuden a conseguir mi meta... pero lo dudo tanto.

Estoy tan aturdido. La clave de toda buena redacción, o de todo buen relato no es tanto el concepto en sí, porque los objetos no son iguales entre sí, y quizás un concepto conocido no sea suficiente para describir a la perfección, o mejor dicho: a la “seudo perfección”.

jueves, 14 de octubre de 2010


Con el retroceso sigiloso del Imperio Romano en decadencia, las distintas regiones que alguna vez, por algunos siglos, disfrutaron del influjo cultural y económico del antiguo Imperio, yacían ahora en el más perpetuo de los olvidos. Sólo restaban en pie algunas pequeñas ciudadelas y monasterios, protegidas por campesinos y monjes, que protegían lo más valioso que les quedaba: la memoria de una cultura que por momentos los hizo grandes. Los caminos se cerraron, perdiéndose entre la maleza, los grandes claros de luz en los bosques se fueron ensombreciendo por el avance ineludible de la naturaleza. Muchos monjes y patriarcas partieron hacia Roma en busca de seguir bebiendo el elixir de la cultura y el conocimiento. Todo se apagó. La noche se hizo eterna en los albores del siglo VII d.C.


Un viejo monasterio a orillas del Río Rhin escondía en sus entrañas los más valiosos pergaminos y escritos de toda una época gloriosa. Los constantes ataques de las tribus bárbaras nórdicas que arrasaban con todo a su paso, obligaban a militarizar a todo el poblado aledaño. Monjes, campesinos y campesinas, herreros, carpinteros, pescadores, todos se apostaban en la plaza de armas al toque de las campanas de la iglesia. Algunos, con las mismas herramientas con lo que trabajaban la naturaleza, alzaban en alto éstas en un grito de guerra.


Una noche, como tantas, apacible y silenciosa, apareció arrastrándose, con el poco aliento que le restaba, entre la oscuridad del bosque, un hombre harapiento. Un viejo pasado en años, algo poco común en una época donde la miseria, las enfermedades, el arduo trabajo, dejaban poco resto a la vida; con una rama caída de la cual se sostenía y que marcaba el camino lento y penoso, se acercaba al poblado. Nada llevaba encima, solo sus harapos y su bastón. Sus pelos canosos y su exuberante frente gastada, su nariz aguileña y ojos oscuros denotaban que sus orígenes estaban lejos de aquellas tierras de pelos dorados y ojos claros. Los ladridos, que provenían de la inmensa oscuridad, delataron su paso. Algunas tenues luces fueron apareciendo de a poco, y lentamente el viejo dio cuenta que se encontraba en un reducto de civilización. En un antiguo latín pronunciaba palabras al aire, frases incoherentes para los campesinos que se aproximaban temerosamente empuñando sus rastrillos y hoces. Las miradas se fueron juntando en el viejo. Un leve vapor en la fría noche se desprendía de las narices de los pobladores. El viejo continuó su camino hacia el monasterio que se fundía a lo lejos, en lo alto de una colina, en una sombra perpetua que dibujaba, bajo el claro de la luna, los contornos rectos de la construcción. La cuesta se empinando y el barroso camino se empecinaba en negarle el paso al anciano. Por momentos resbalaba, se volvía a parar en la oscuridad, siempre guiándose por los filosos contornos que la noche dejaba resplandecer. Nadie se acercó a ayudarlo. Siendo un viejo indefenso, los campesinos estaban atemorizados, no tanto por la apariencia de éste, sino por la increíble proeza que había realizado al atravesar el temible bosque. La noche no era el momento más recomendable para surcar por los senderos sinuosos y peligrosos de un vasto bosque que rodeaba al pueblo. El único cúmulo de civilización se encontraba a leguas de aquellas tierras.

lunes, 27 de septiembre de 2010

La piedra Azul

Ciudad de Goiania, Brasil, septiembre de 1987: dos juntapapeles encuentran un tubo de metal tirado en un terreno baldío. Lo rompen a martillazos, descubren una piedra de luz azul. La piedra mágica transpira luz, azulea el aire y da fulgor a todo lo que toca.
Los juntapapeles parten esa piedra de luz. Regalan los pedacitos a todos los vecinos. Quien se frota la piel, brilla en la noche. El pobrerío, súbitamente rico de luz, esta de fiesta.
Al día siguiente, los juntapapeles vomitan. Han comido mango con coco; ¿sera por eso? Pero todo el barrio vomito, y todos se hinchan y arden. La luz azul quema y devora y mata; se disemina llevada por el viento, la lluvia, las moscas y los pajaritos.

Fue una de la mayores catástrofes nucleares de la historia. Muchos murieron, y muchos mas quedaron por siempre jodidos. En aquel barrio de los suburbios de Goiania nadie sabia lo que significaba la palabra radioactividad, y nadie había odio hablar jamás del Cesio 137. Chernobyl resuena cada día en las orejas del mundo. De Goiania, nunca mas se supo. En 1992 Cuba recibió a los enfermos de Goiania, y les dio tratamiento medico gratuito. Tampoco este hecho tuvo la menor repercusión, a pesar que las fabricas universales de la opinión publica siempre están, como se sabe, muy preocupados por Cuba.
Un mes después de la tragedia, el jefe de la policía federal en Goias, declaro:
-la situación es absurda. No existe ningún responsable por el control de la radioactividad que se usa con fines medicinales.

Eduardo Galeano

lunes, 23 de agosto de 2010

Estoy Leyendo... Patas Arriba

Qué gran persona, este Galeano. Si una de las cosas he de reprocharle al destino, es el de haberme topado con una persona tan admirable después de tanto tiempo de haber recorrido los senderos de la vida.


... Caminar es un peligro y respirar es una hazaña en las grandes ciudades del mundo al revés. Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen. El mundo al revés nos entrena para ver al prójimo como una amenaza y no como una promesa, nos reduce a la soledad y nos consuela con drogas químicas y con amigos cibernéticos. Estamos condenados a morirnos de hambre, a morirnos de miedo o a morirnos de aburrimiento, si es que alguna bala perdida no nos abrevia la existencia...



Día tras día, se niega a los niños el derecho a ser niños. Los hechos, que se burlan de ese derecho, imparten sus enseñanzas en la vida cotidiana. El mundo trata a los niños ricos como si fueran dinero, para que se acostumbren a actuar como el dinero actúa. El mundo trata a los niños pobres como si fueran basura, para que se conviertan en basura. Y a los del medio, a los niños que no son ni ricos ni pobres, los tiene atados a la pata del televisor, para que desde muy temprano acepten, como destino, la vida prisionera. Mucha magia y mucha suerte tienen los niños que consiguen ser niños.

Eduardo Galeano


Grandes verdades ha escrito Galeano en este punto, los niños. No puedo dejar de reconocer lo útil y revelador, que se pone sobre el tapete, la situación de los niños en Latinoamérica. No en vano fue nombrado el primer ciudadano ilustre por los países miembros del Mercosur. Jean Paul Sartre vaticina "No nos convertiremos en lo que somos sino mediante la negación íntima y radical de lo que han hecho de nosotros" y creo que eso es lo que realmente importa para los tiempos que corren.


sábado, 21 de agosto de 2010

“Miente, miente, que al final algo quedará... ...cuanto más grande sea una mentira, más gente lo creerá..." . Joseph Goebbels, ministro de Propaganda nazi.

jueves, 12 de agosto de 2010

Estoy Leyendo...

Ganesha "Facilitador"


Ganesha es el dios hindú que representa el uso del intelecto y la voluntad para la superación de obstáculos. También está asociado con el chackra mūlādhāra (raíz) asociado a la procreación, la seguridad y el instinto de supervivencia.

Hay varias versiones del nacimiento de Ganesha. Según una de ellas, Parvati, esposa de Shiva, lo creó a partir de la infidelidad con el guardia de su puerta y cuando nació Ganesha, Shiva se negó a admitirlo y corto la cabeza del recién nacido. Parvati a consecuencia de ese acto, quedo sumamente afligida, entonces Shiva, no pudiendo soportar la tristeza de Parvati, prometió sustituir la cabeza del recién nacido con la del primer ser vivo que oportunamente pasara por delante de la puerta. Y el primer ser que paso por delante de la puerta, fue un elefante.

domingo, 8 de agosto de 2010

Seguir a la hada verde….

«¿Cuál es la diferencia entre un vaso de absenta y el ocaso?»

Oscar Wilde.



El ajenjo o absenta (del francés absente y éste del latín absinthĭum, y éste del griego ἀψίνθιον, apsinthion) es una bebida con alto contenido alcohólico (de hasta 89,9º) y con sabor muy parecido al licor de anís. Se trata de un compuesto con base en hierbas y flores de plantas medicinales y aromáticas, con predominio de ajenjo (denominado también madera de gusanos). Aunque a veces se la considera un licor, la absenta no contiene azúcar añadido.


Apodada la Fée Verte ('El hada verde'), esta bebida alcohólica es de ligero sabor anisado, con un fondo amargo de tintes complejos debido a la contribución de otras hierbas. Cuando se le añade agua fría, la bebida se transforma en la esencia lechosa (louche). Comenzó siendo un elixir en Suiza, pero donde se hizo popular fue en Francia debido a la asociación entre los artistas y escritores románticos que tomaban esta bebida en el París de la última parte del siglo XIX hasta que se produjo su prohibición en 1915. La marca más popular de absenta durante los años iniciales fue Pernod Fils.


La absenta se servía en un vaso de cristal junto con la típica cuchara con perforaciones en la cazoleta. Se servía además un terrón de azúcar que se depositaba en la concavidad de la cuchara que se sostenía en la parte superior del vaso.


Los artistas de finales del siglo XIX y principios del XX, tales como Wilde, Van Gogh, Baudelaire, Manet, Picasso, Degas, Hemingway, Álvares de Azevedo, entre otros, consumían absenta con el fin de inspirarse artísticamente para sus obras, ya que supuestamente inducía a la verborrea y la inspiración.
En 1888 Van Gogh, ebrio de absenta, se cortó el lóbulo de la oreja y se la dio a una joven meretriz. El adusto realismo de L'Absinthe, tema popular entre artistas bohemios franceses, fue visto patológico por los críticos británicos, pero Picasso elevó la absenta a tema magistral en varias de sus obras.


La ingesta de absenta ha influenciado hasta el séptimo arte y es bebida por diversos personajes como en Drácula de Bram Stoker:

"DRÁCULA: Absenta es el afrodisíaco del alma. El hada verde que vive en la absenta quiere tu alma, pero tú estás a salvo conmigo.
MINA: Háblame, príncipe, háblame de tu hogar.
DRÁCULA: El lugar más hermoso de toda la creación.
MINA: Sí, debe de serlo. Una tierra más allá de un bosque grande y vasto, rodeada de montañas majestuosas, ubérrimos viñedos y flores de tal fragilidad y belleza como no se encuentran en ningún sitio.
DRÁCULA: Has descrito mi lugar como si lo conocieras perfectamente.
MINA: Es tu voz, tal vez. Es tan familiar. Es como, como una voz en un sueño que no puedo situar, y me conforta.
AMBOS: Cuando estoy a solas.
MINA: ¿Y la princesa?
DRÁCULA: ¿Princesa?
MINA: Siempre hay una princesa con deslizantes vestidos bancos y su rostro, su rostro es un río. La princesa es un río lleno de lágrimas de tristeza y congoja.
DRÁCULA: Hubo una princesa,...Elisabeta. Era la mujer más radiante de todos los imperios del mundo. El engaño humano se la arrebató a su antiguo príncipe, saltó hacia su muerte en el río del que has hablado. En mi lengua materna se le llama Archís, río princesa."





Seguir a la hada verde….