En una época no muy lejana (no soy tan viejo como para que algunas cosas me parezcan lejanas) la frase “Noches de Bohemia” simbolizaba mi estado con la vida, la manera de afrontarla. La Noche era el refugio, era mi refugio y el de tantos otros que, como yo, la noche, la oscura noche, la solitaria noche, era el mejor reflejo del alma. Fueron, quizás, momentos negros donde no se distinguía bien el sinuoso camino por recorrer; camino aquel que todavía no sé si es el correcto, pero al fin, es un camino.

Bohemia es una palabra que tiene muchísimos significados de los cuales me identifico con poquísimos. Bohemia es más que nada la sustancia; toda noche consiste en algo.

Como un mal hábito, como esos vicios de temprana edad, de esos que son difíciles de deshacerse, vengo arrastrando, en pesada carga, esta frase “Noches de Bohemia” como un distintivo que me pertenece, que me es propio, pero a la vez, remoto, incierto y miserable.

domingo, 11 de noviembre de 2007

“ …Veredas que quién sabe a donde llevan y que parecen los senderos que llevan al mismísimo valle de la muerte. Camino rumbo al mar, por la Ameghino, sabiendo que mi destino me espera allá abajo, en la avenida Ducos, donde hasta los más rudos ni siquiera pestañean a la hora justa de bordear la marejada. Desde aquí arriba puedo ver el inmenso negro, donde a lo lejos, el mar y el cielo se fusionan, se enamoran mutuamente y esperan juntos la llegada del amanecer, volviendo a sus arbitrarias condiciones físicas… ”

1 comentario:

Anónimo dijo...

HOLA GERU COMO ESTAS ESPERO QUE BIEN SOY TU PRIMO SERGIO LUNA SABES QUE ESTUBIMOS LEYENDO LOS QUE ESCRIBISTE CON MI NOVIA Y NOS GUSTO MUCHO ESPERO QUE PARA LA PROXIMA NOS DEDIQUES UNOS PARRAFOS SALUDOS

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